Lectura Bíblica - Jueves - 09-11-2023 - Día 92 - 1ª de Corintios Capítulo 11 y 12
Lectura Bíblica - 09-11-2023 - Día 92 - 1ª de Corintios Capítulo 11 y 12 - También en Audio
1ª de Corintios Capítulo 11
Sed imitadores de mí, así como yo de CRISTO. Y os alabo, porque en todo os acordáis de mí y retenéis las instrucciones tal como os las entregué. Pero quiero que sepáis que la cabeza de todo varón es CRISTO, y la cabeza de la mujer es el varón, y la cabeza de CRISTO es DIOS. Todo varón que ora o profetiza teniendo algo sobre la cabeza, afrenta su cabeza. Pero toda mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta, afrenta su cabeza, pues es igual a una que ha sido rapada. Porque si la mujer no se cubre, que se trasquile, y si es vergonzoso para la mujer estar trasquilada o rapada, que se cubra. Pues el varón ciertamente no debe cubrirse la cabeza, ya que es imagen y gloria de DIOS, pero la mujer es gloria del varón. Porque el varón no procede de la mujer, sino la mujer del varón; y porque el varón no fue creado por causa de la mujer, sino la mujer por causa del varón. Por esto, la mujer debe tener autoridad sobre la cabeza por causa de los ángeles. Sin embargo, en el Señor, ni el varón existe sin la mujer, ni la mujer sin el varón; porque así como la mujer procede del varón, también el varón existe por medio de la mujer; empero todo procede de DIOS. Juzgad entre vosotros mismos: ¿Es apropiado que la mujer ore a DIOS con la cabeza descubierta? ¿La naturaleza misma no os enseña que si el varón tiene el cabello largo es una deshonra para él? Pero, si la mujer tiene el cabello largo le es una gloria, porque en lugar de velo le ha sido dado el cabello largo. Con todo eso, si alguno quiere ser contencioso, nosotros no tenemos otra usanza, ni las iglesias de DIOS. Pero al daros las siguientes instrucciones no os alabo; porque no os congregáis para lo mejor, sino para lo peor. Pues en primer lugar, cuando os reunís como iglesia, ciertamente oigo que hay divisiones entre vosotros, y en parte lo creo. Porque también debe haber divisiones entre vosotros, para que los aprobados se hagan manifiestos entre vosotros. Cuando, pues, os reunís vosotros, esto no es comer la cena consagrada al Señor; porque al comer, cada uno se adelanta a tomar su propia cena, y uno tiene hambre, y otro está embriagado. Pues qué, ¿no tenéis casas para que comáis y bebáis? ¿O menospreciáis la iglesia de DIOS, y avergonzáis a los que no tienen? ¿Qué os diré? ¿Os alabaré? En esto no os alabo. Porque yo recibí del Señor lo que también os transmití: Que el Señor JESÚS, la noche que era entregado, tomó pan; y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Esto es mi cuerpo a favor de vosotros; continuad haciendo esto en memoria de Mí. Asimismo, también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; continuad haciendo esto en memoria de Mí todas las veces que la bebáis. Tan a menudo entonces como comáis este pan y bebáis la copa, continuáis proclamando la muerte del Señor hasta que venga. De manera que cualquiera que coma el pan o beba la copa del Señor indignamente, será culpable del cuerpo y de la sangre del Señor. Por tanto, examínese cada uno a sí mismo, y coma así del pan y beba de la copa. Porque el que come y bebe sin distinguir el cuerpo, juicio come y bebe para sí. Por esto hay muchos débiles y enfermos entre vosotros, y bastantes duermen. Si, pues, nos examináramos a nosotros mismos, no seríamos juzgados; pero cuando somos juzgados, somos educados por el Señor para que no seamos condenados con el mundo. Así que, hermanos míos, cuando os reunís para comer, esperaos unos a otros. Si alguno tiene hambre, coma en casa, para que no os reunáis para juicio. Lo demás, lo pondré en orden cuando vaya.
1ª Corintios Capítulo 12
Pero ahora, hermanos, no quiero que ignoréis acerca de las cosas del Espíritu. Sabéis que cuando erais paganos, erais conducidos como extraviados ante los ídolos mudos. Por lo cual, os hago saber que nadie que hable por el Espíritu de DIOS, llama a JESÚS anatema, y nadie puede llamar a JESÚS Señor, sino por el Espíritu Santo. Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo; y hay diversidad de servicios, pero el Señor es el mismo; y hay diversidad de actividades, pero DIOS, que está energizando todas las cosas en todos, es el mismo. Y a cada uno le es dada manifestación del Espíritu para provecho mutuo. Porque a uno, por el Espíritu, le es dada palabra de sabiduría; a otro, palabra de conocimiento, según el mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades, por el único Espíritu; a otro, poderes milagrosos; a otro, profecía; a otro, discernimientos de espíritus; a otro, distintas lenguas; y a otro, interpretación de lenguas. Pero todas estas cosas las energiza el único y el mismo Espíritu, repartiendo en particular a cada uno como Él quiere. Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, es un solo cuerpo; así también CRISTO; porque de hecho todos fuimos bautizados en un solo Espíritu para ser un solo cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres, y a todos se nos dio a beber un mismo Espíritu, porque en efecto, el cuerpo no es un miembro, sino muchos. Si dijera el pie: Porque no soy mano, no dependo del cuerpo; no por eso deja de ser del cuerpo. Y si dijera la oreja: Porque no soy ojo, no dependo del cuerpo; no por eso deja de ser del cuerpo. Si todo el cuerpo fuera ojo, ¿dónde estaría la oreja? Si todo fuera oreja, ¿dónde estaría la nariz? Pero el caso es que DIOS ha colocado a cada uno de los miembros en el cuerpo como Él quiso. Y si todos fueran un solo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo? Y ahora, los miembros a la verdad son muchos, pero el cuerpo es uno solo; y no puede el ojo decir a la mano: No te necesito, ni tampoco la cabeza a los pies: No tengo necesidad de vosotros. Antes bien, los miembros del cuerpo que parecen más débiles, son los más necesarios; y aquellos del cuerpo que nos parecen menos dignos, a estos cubrimos de mayor honor; y nuestras partes íntimas son tratadas con mayor decoro. Al contrario, nuestras partes más decorosas no tienen necesidad. Así DIOS compuso el cuerpo, dando más abundante honor al que más le faltaba; para que no haya división en el cuerpo, sino que todos los miembros se preocupen los unos por los otros. De manera que si un miembro padece, todos los miembros comparten el mismo padecimiento, y si un miembro recibe honra, todos los miembros se regocijan con él. Y vosotros sois el cuerpo de CRISTO, y miembros cada uno en parte. Y a unos, en efecto, puso DIOS en la iglesia, primero apóstoles, segundo profetas, tercero maestros, después poderes, después dones de sanaciones, dotes para ayudar, dotes para administrar, diversidad de lenguas. ¿Son todos apóstoles? ¿Acaso todos, profetas? ¿Todos, maestros? ¿Acaso todos hacen milagros? ¿Tienen todos dones de sanidad? ¿Hablan todos en lenguas? ¿Interpretan todos? Anhelad, pues, los dones mayores, y aún os muestro un camino más excelente:
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