Estudio Bíblico - 1ª de Samuel Capitulos del 21 al 25

Estudio Bíblico - 1ª de Samuel Capitulos del 21 al 25

  1. Información Histórica y Contextual: Los capítulos 21 al 25 de 1 Samuel narran la huida de David de la persecución de Saúl, su encuentro con varios personajes que le ayudan o le hostigan, y su ascenso como líder de un grupo de hombres leales. Estos capítulos forman parte del libro de 1 Samuel, que se cree que fue escrito entre los siglos X y VII a.C., y que relata la transición de Israel desde el período de los jueces al de la monarquía. El autor del libro es desconocido, aunque la tradición judía atribuye su autoría al profeta Samuel, que aparece como uno de los personajes principales en la primera parte del libro. El libro de 1 Samuel está dirigido al pueblo de Israel, especialmente a las tribus del norte, que habían rechazado a Saúl como rey y se habían aliado con David. El contexto histórico en el que se desarrollan los eventos es el de la lucha entre Israel y los filisteos, una nación vecina que amenazaba con invadir y dominar el territorio israelita. El contexto cultural y religioso es el del antiguo Oriente Próximo, donde la fe en Yahvé, el Dios de Israel, se enfrentaba a la idolatría y la apostasía de otros pueblos. El mensaje del libro de 1 Samuel es mostrar cómo Dios elige, unge y respalda a sus siervos fieles, y cómo castiga a los rebeldes y desobedientes.

  2. Análisis del Texto: Los capítulos 21 al 25 de 1 Samuel se pueden dividir en seis secciones, cada una de las cuales presenta un episodio de la vida de David y su relación con Saúl y otros personajes. Estas secciones son las siguientes:

  • Capítulo 21: David huye de Saúl y recibe ayuda del sacerdote Ahimelec en Nob, donde obtiene el pan sagrado y la espada de Goliat. Luego se refugia en Gat, la ciudad de los filisteos, donde finge estar loco para escapar del rey Aquis.
  • Capítulo 22: David se esconde en la cueva de Adulam, donde se le unen sus familiares y unos cuatrocientos hombres descontentos. Luego se traslada a Moab, donde deja a su padre y a su madre bajo la protección del rey. Después, obedeciendo la palabra del profeta Gad, se dirige al bosque de Haret. Mientras tanto, Saúl, enojado por la traición de los sacerdotes de Nob, ordena a Doeg, el edomita, que los mate a todos, excepto a Abiatar, el hijo de Ahimelec, que logra huir y unirse a David.
  • Capítulo 23: David salva a la ciudad de Keila de los filisteos, pero tiene que huir de nuevo cuando se entera de que Saúl va a atacarla. Se refugia en el desierto de Zif, donde recibe la visita de Jonatán, el hijo de Saúl, que le anima y le renueva su pacto de amistad. Luego se esconde en el desierto de Maón, donde Saúl le persigue, pero se ve obligado a retirarse cuando recibe la noticia de que los filisteos han invadido el país.
  • Capítulo 24: David se encuentra con Saúl en la cueva de En-gadi, donde tiene la oportunidad de matarlo, pero se abstiene de hacerlo por respeto a su unción real. En cambio, le corta un pedazo de su manto y se lo muestra desde lejos para demostrarle su inocencia y su lealtad. Saúl reconoce su error y llora, y le pide a David que no extermine a su descendencia cuando sea rey.
  • Capítulo 25: Samuel muere y es sepultado en Ramá. David se traslada al desierto de Parán, donde envía a unos mensajeros a pedirle víveres a Nabal, un hombre rico pero necio, que le responde con insultos. David se enfurece y decide vengarse, pero es detenido por la intervención de Abigaíl, la esposa prudente y hermosa de Nabal, que le lleva un generoso regalo y le pide perdón por la ofensa de su marido. David acepta su gesto y bendice a Abigaíl, y diez días después, cuando Nabal muere, la toma por esposa, junto con Ahinoam de Jezreel. Saúl, por su parte, le da su hija Mical, que había sido esposa de David, a otro hombre llamado Palti.
  • Capítulo 26: David se entera de que Saúl le busca de nuevo en el desierto de Zif, y decide infiltrarse en su campamento por la noche, acompañado de Abisai, el hijo de Sarvia. Allí encuentra a Saúl dormido, rodeado de su ejército, y tiene otra vez la ocasión de matarlo, pero se niega a hacerlo por respeto a su unción real. En cambio, toma su lanza y su cantimplora, y se aleja sin ser descubierto. Desde una colina cercana, llama a Abner, el jefe del ejército de Saúl, y le reprocha su negligencia. Luego se dirige a Saúl y le muestra la lanza y la cantimplora, y le expone su inocencia y su lealtad. Saúl reconoce su error y bendice a David, y le promete que no le hará más daño.

Las palabras clave de estos capítulos son: huida, persecución, refugio, ayuda, lealtad, respeto, unción, venganza, perdón, bendición. Estas palabras expresan los temas principales que se tratan en estos capítulos, que son: la confianza de David en Dios, que le protege y le provee en medio de las dificultades; la rebeldía de Saúl, que le lleva a oponerse al plan de Dios y a perseguir a su ungido; la amistad de Jonatán y Abigaíl, que le apoyan y le animan a David; la integridad de David, que le impide matar a Saúl, a pesar de tener la oportunidad; la humildad de David, que le hace aceptar la corrección y el perdón; la soberanía de Dios, que castiga a los malvados y bendice a los justos. El estilo de escritura de estos capítulos es narrativo, con algunos diálogos y discursos. El tono es dramático, con momentos de tensión, emoción y sorpresa. Las características lingüísticas del pasaje son: el uso de la repetición para enfatizar las acciones y las actitudes de los personajes; el uso de la ironía para mostrar el contraste entre las expectativas y la realidad; el uso de la comparación para resaltar las diferencias y las semejanzas entre los personajes; el uso de la metáfora para expresar el significado simbólico de los objetos y los gestos; el uso de la exclamación para manifestar los sentimientos y las reacciones de los personajes.

  1. Referencias Bíblicas: Algunas partes de la Biblia que se relacionan con los capítulos 21 al 25 de 1 Samuel son las siguientes:
  • Mateo 12:1-8: Jesús cita el episodio del pan sagrado de 1 Samuel 21:1-6 para defender a sus discípulos de la acusación de los fariseos de que habían violado el sábado al recoger espigas de trigo. Jesús afirma que el templo es más importante que el sábado, y que él es más importante que el templo, pues es el Señor del sábado. (“En aquel tiempo iba Jesús por los sembrados en un día de reposo; y sus discípulos tuvieron hambre, y comenzaron a arrancar espigas y a comer.”)
  • Hebreos 4:14-16: El autor de la carta a los Hebreos alienta a los creyentes a acercarse con confianza al trono de la gracia de Dios, donde encontrarán misericordia y ayuda en el momento oportuno. El autor se basa en el hecho de que tenemos un gran sumo sacerdote, Jesucristo, que ha entrado en el cielo y que ha sido tentado en todo como nosotros, pero sin pecado. Esto nos recuerda la situación de David, que también buscó refugio y socorro en el santuario de Dios, donde recibió el pan sagrado y la espada de Goliat. (“Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión.”)
  • 1 Pedro 2:18-25: Pedro exhorta a los siervos cristianos a someterse a sus amos, aunque sean injustos, siguiendo el ejemplo de Cristo, que sufrió por nosotros, dejándonos ejemplo para que sigamos sus pisadas. Cristo no cometió pecado, ni se halló engaño en su boca; cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino que se encomendaba al que juzga justamente. Pedro se inspira en el profeta Isaías, que profetizó sobre el siervo sufriente de Yahvé, que llevaría nuestras iniquidades y por cuya llaga fuimos sanados. Esto nos hace pensar en la actitud de David, que también sufrió injustamente a manos de Saúl, pero que no le devolvió mal por mal, sino que respetó su autoridad y se encomendó a Dios. (“Siervos, estad sujetos con todo respeto a vuestros amos; no solamente a los buenos y afables, sino también a los difíciles de soportar.”)
  • Salmos 34 y 57: Estos dos salmos son atribuidos a David, y se dice que los compuso cuando huyó de Saúl y se refugió en la cueva. En estos salmos, David expresa su confianza en Dios, que le libra de todos sus temores y le rodea de su favor. David alaba a Dios por su bondad y su fidelidad, y le pide que le proteja de sus enemigos y le haga justicia. David también reconoce su pecado y su necesidad de arrepentirse, y exhorta a los demás a temer a Dios y a apartarse del mal. Estos salmos reflejan el estado de ánimo y el espíritu de David durante su huida de Saúl. (“Bendeciré a Jehová en todo tiempo; su alabanza estará de continuo en mi boca.”)
  1. Enseñanzas y Lecciones Religiosas: Algunas lecciones religiosas y espirituales que se pueden extraer de los capítulos 21 al 25 de 1 Samuel son las siguientes:
  • Dios es nuestro refugio y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. David experimentó el cuidado y la provisión de Dios en medio de su huida de Saúl, que le quería matar. Dios le dio alimento, armas, refugio, amigos, protección y victoria sobre sus enemigos. David confió en Dios y le buscó en todo momento, y Dios le respondió y le bendijo. Nosotros también podemos confiar en Dios y buscarle en nuestras dificultades, y él nos dará lo que necesitamos y nos librará del mal.
  • Debemos respetar a las autoridades que Dios ha establecido, aunque sean injustas o malvadas. David respetó a Saúl como el rey ungido por Dios, aunque Saúl le persiguiera y le odiara. David tuvo dos ocasiones de matar a Saúl, pero se abstuvo de hacerlo, y le mostró su lealtad y su inocencia. David dejó que fuera Dios quien juzgara y castigara a Saúl, y no tomó venganza por su propia mano. Nosotros también debemos respetar a las autoridades que Dios ha puesto sobre nosotros, y no rebelarnos contra ellas, sino orar por ellas y obedecerlas en todo lo que no contradiga la voluntad de Dios.
  • Debemos cultivar la amistad y la fidelidad con los que comparten nuestra fe y nuestra visión. David tuvo la amistad y el apoyo de Jonatán, el hijo de Saúl, que le amaba como a sí mismo, y que le animó y le ayudó en su adversidad. David también tuvo la amistad y la sabiduría de Abigaíl, la esposa de Nabal, que le impidió cometer una locura, y que luego se convirtió en su esposa. David también tuvo la amistad y la fidelidad de los hombres que se le unieron en su huida, y que le siguieron y le defendieron. David cuidó de sus amigos y cumplió sus pactos con ellos. Nosotros también debemos cultivar la amistad y la fidelidad con los que comparten nuestra fe y nuestra visión, y cuidar de ellos y apoyarles en las buenas y en las malas.
  • Debemos ser humildes y reconocer nuestros errores, y estar dispuestos a pedir y a dar perdón. David fue humilde y reconoció sus errores, como cuando cortó el manto de Saúl, o cuando quiso vengarse de Nabal. David pidió perdón a Dios y a los hombres, y también dio perdón a los que le ofendieron, como a Saúl, o al hombre que le maldijo. David no guardó rencor ni resentimiento, sino que buscó la paz y la reconciliación. Nosotros también debemos ser humildes y reconocer nuestros errores, y estar dispuestos a pedir y a dar perdón, pues Dios nos ha perdonado en Cristo, y nos manda que nos perdonemos unos a otros.

  • Debemos reconocer que Dios es soberano y que él tiene el control de todas las cosas, y que él hace justicia y misericordia según su voluntad. David reconoció que Dios era soberano y que él tenía el control de todas las cosas, y que él hacía justicia y misericordia según su voluntad. David no se impacientó ni se desesperó por su situación, sino que esperó en Dios y en su tiempo. David vio cómo Dios castigaba a los malvados, como a Saúl o a Nabal, y cómo bendecía a los justos, como a él mismo o a Abigaíl. David alabó a Dios por su bondad y su fidelidad, y le dio la gloria por todo lo que hacía. Nosotros también debemos reconocer que Dios es soberano y que él tiene el control de todas las cosas, y que él hace justicia y misericordia según su voluntad, y alabarle y darle la gloria por todo lo que hace.

  1. Preguntas para la Reflexión: Algunas preguntas para la reflexión que se pueden plantear sobre los capítulos 21 al 25 de 1 Samuel son las siguientes:
  • ¿Cómo podemos confiar en Dios y buscarle en nuestras dificultades, como hizo David? ¿Qué promesas de Dios nos animan y nos sostienen en medio de las tribulaciones? (Salmo 46:1-3; Romanos 8:28-39)
  • ¿Cómo podemos respetar a las autoridades que Dios ha establecido, aunque sean injustas o malvadas, como hizo David? ¿Qué principios bíblicos nos guían para relacionarnos con las autoridades? (Romanos 13:1-7; 1 Pedro 2:13-17)
  • ¿Cómo podemos cultivar la amistad y la fidelidad con los que comparten nuestra fe y nuestra visión, como hizo David? ¿Qué características debe tener una verdadera amistad cristiana? (Proverbios 17:17; Juan 15:12-17)
  • ¿Cómo podemos ser humildes y reconocer nuestros errores, y estar dispuestos a pedir y a dar perdón, como hizo David? ¿Qué beneficios tiene el perdón para nosotros y para los demás? (Salmo 32:1-5; Mateo 6:14-15)
  • ¿Cómo podemos reconocer que Dios es soberano y que él tiene el control de todas las cosas, y que él hace justicia y misericordia según su voluntad, como hizo David? ¿Qué actitudes debemos tener ante la providencia de Dios? (Salmo 115:3; 1 Tesalonicenses 5:16-18)
  1. Aspectos Teológicos: Algunas doctrinas que se tocan en los capítulos 21 al 25 de 1 Samuel son las siguientes:
  • La providencia de Dios: La providencia de Dios es su gobierno activo y sabio de todas las cosas, por el cual él cumple su plan eterno y su propósito para su gloria y el bien de sus hijos. En estos capítulos, vemos cómo Dios provee y protege a David en su huida de Saúl, y cómo dirige los acontecimientos para castigar a los malvados y bendecir a los justos. Dios usa a personas, lugares, objetos, circunstancias y hasta animales para cumplir su voluntad. Dios también usa el pecado y el mal de los hombres para su gloria y el bien de su pueblo, sin ser él mismo autor ni cómplice del pecado y el mal. Dios es soberano y tiene el control de todas las cosas, y nada escapa a su conocimiento y su poder.
  • La unción real: La unción real es el acto por el cual Dios elige, designa y capacita a una persona para ser rey sobre su pueblo. En estos capítulos, vemos cómo David respeta la unción de Saúl, aunque Saúl sea un rey malvado y rebelde. David reconoce que Saúl es el rey ungido por Dios, y que solo Dios puede quitarle el reino. David no se atreve a matar a Saúl, ni a usurpar su trono, sino que espera el tiempo de Dios para ser rey. David también es un rey ungido por Dios, pero aún no ha recibido el reino. David es un tipo de Cristo, el Mesías, que significa el Ungido. Cristo es el verdadero Rey de Israel y de todas las naciones, que ha sido elegido, designado y capacitado por Dios para reinar sobre su pueblo. Cristo es el Rey que sufre y que espera el tiempo de Dios para recibir el reino. Cristo es el Rey que respeta la autoridad de Dios y que no toma venganza por su propia mano, sino que se encomienda al que juzga justamente.
  • La amistad cristiana: La amistad cristiana es la relación de amor, apoyo, fidelidad y comunión que se establece entre los que comparten la misma fe y la misma visión. En estos capítulos, vemos cómo David tiene la amistad de Jonatán y de Abigaíl, que le ayudan y le animan en su adversidad. Jonatán es el hijo de Saúl, pero ama a David como a sí mismo, y le renueva su pacto de amistad. Abigaíl es la esposa de Nabal, pero actúa con prudencia y sabiduría, y le impide a David cometer una locura. Ambos reconocen que David es el ungido de Dios, y que él será el rey de Israel. Ambos arriesgan sus vidas por David, y le bendicen con sus palabras y sus acciones. La amistad cristiana se basa en el amor de Dios, que nos ha hecho hermanos en Cristo, y que nos manda que nos amemos unos a otros. La amistad cristiana se manifiesta en el apoyo mutuo, la fidelidad, la corrección, la exhortación, la oración, el compartir y el servir. La amistad cristiana se orienta a la gloria de Dios y al bien de su reino.
  • La gracia de Dios: La gracia de Dios es su favor inmerecido y su ayuda sobrenatural que nos concede para nuestra salvación y santificación. En estos capítulos, vemos cómo Dios hace gracia a David y le salva de la mano de Saúl, y le prepara para ser el rey de Israel. Dios le da a David el pan sagrado, la espada de Goliat, el consejo de Jonatán, la sabiduría de Abigaíl, la fidelidad de sus hombres, la oportunidad de perdonar a Saúl, la bendición de su unción, y la promesa de su reino. Dios también le da a David la gracia de arrepentirse de sus pecados y de humillarse ante él. Dios le da a David la gracia de ser un hombre conforme a su corazón, y de ser el antepasado del Mesías. Dios también hace gracia a nosotros y nos salva de la condenación eterna, y nos prepara para ser sus hijos y sus herederos. Dios nos da a nosotros la gracia de creer en Jesucristo, el pan de vida, la espada del Espíritu, el amigo fiel, la sabiduría de Dios, el líder de su iglesia, el que nos perdona, el que nos unge, y el que nos da su reino. Dios también nos da la gracia de arrepentirnos de nuestros pecados y de humillarnos ante él. Dios nos da la gracia de ser transformados a la imagen de su Hijo, y de ser partícipes de su gloria.

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