Día 97 - Jueves - 16-11-2023 - Jeremías Del Capítulo 7 al 11
Día 97 - Jueves - 16-11-2023 - Jeremías Del Capítulo 7 al 11 - También en Audio
Jeremías Capítulo 7
Toda Judea: ¡Oíd el oráculo de YHVH! Así dice YHVH, Elohim de Israel: ¡Enmendad vuestros caminos y vuestras obras y habitaré con vosotros en este lugar! No confiéis en palabras engañosas, que dicen: ¡Casa de YHVH, Casa de YHVH es esta! Porque si enmendáis perfectamente vuestros caminos y vuestras obras, si en verdad administráis justicia entre el hombre y su prójimo, y no oprimís al extranjero, al huérfano y a la viuda, ni derramáis sangre inocente en este lugar, ni andáis tras otros dioses para vuestro propio perjuicio, entonces habitaré con vosotros en este lugar, en la tierra que di a vuestros padres desde siempre y para siempre. He aquí que os confiáis en palabras engañosas que no aprovechan, robando, asesinando y adulterando, y jurando en falso, y quemando incienso a Baal, y andando tras otros dioses que no habíais conocido. ¿Vendréis y os pondréis ante mí en esta Casa, sobre la cual es invocado mi Nombre, y diréis: Somos libres (para seguir haciendo tales abominaciones)? ¿Acaso esta Casa, sobre la cual es invocado mi Nombre, es una cueva de ladrones ante vuestros ojos? He aquí que Yo, sí, Yo mismo lo he visto, dice YHVH. Id, pues, a mi lugar que estaba en Silo, donde hice morar mi Nombre al principio, y ved lo que hice con él por la maldad de mi pueblo Israel. Y ahora, por haber cometido tales acciones, y por cuanto os hablé y no quisisteis escuchar, y os llamé y no habéis respondido, haré con esta Casa, sobre la cual es invocado mi Nombre (en la que vosotros estáis confiados), y con el lugar que os di a vosotros y a vuestros padres, lo mismo que hice con Silo, y os echaré de mi presencia, así como eché a todos vuestros hermanos, a toda la descendencia de Efraín. Y tú, no intercedas por este pueblo, ni levantes clamor por ellos ni oración, ni me ruegues, porque no oiré. ¿Acaso no ves lo que están haciendo en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén? Los hijos recogen leña, los padres encienden fuego, y las mujeres preparan la masa para hacer tortas en honor del ejército de los cielos, y para provocarme a ira, derraman libaciones a dioses extranjeros. ¿A mí me provocan a ira? dice YHVH, ¿Acaso no actúan para su propia vergüenza? Por eso, así dice Adonai YHVH: He aquí mi ira y mi ardiente indignación son derramados sobre este lugar, sobre hombres y bestias, sobre los árboles del campo y sobre los frutos de la tierra. Se encenderá y no se apagará. Así dice YHVH: ¡Juntad vuestros holocaustos a vuestros sacrificios, y comed la carne! Porque nada dije a vuestros padres, ni nada les mandé en el día en que los saqué de la tierra de Egipto respecto a holocaustos y sacrificios. Sino que les mandé, diciendo: Escuchad mi voz, y seré a vosotros por Elohim y vosotros me seréis por pueblo. Andad en todos mis caminos que os ordené, para que os vaya bien.
Pero no escucharon ni inclinaron su oído, sino que caminaron en la dureza de su malvado corazón, según su propio consejo, y fueron hacia atrás y no hacia delante. Desde el día en que vuestros padres salieron de la tierra de Egipto hasta hoy, os he enviado a todos mis siervos los profetas, madrugando cada día sin cesar os los he enviado. Pero no me escucharon ni inclinaron su oído, sino que endurecieron su cerviz y fueron peores que sus padres. Entonces les dirás: ¡Esta es la nación que no escucha la voz de YHVH su Elohim, ni admite corrección! Ya pereció la verdad, y ha sido desterrada de su boca. ¡Corta tus guedejas y échalas de ti, y levanta endechas sobre las alturas! porque YHVH ha desechado y repudiado a la generación objeto de su ira. Por cuanto los hijos de Judá han hecho lo malo ante mis ojos, dice YHVH, han puesto sus ídolos detestables en la Casa sobre la cual es invocado mi Nombre, para profanarla, y han edificado los lugares altos de Tófet, que están en el valle de Ben-Hinom, para quemar a sus hijos y a sus hijas en el fuego, cosa que Yo no les mandé, ni ha subido a mi corazón. Por tanto, he aquí vienen días, dice YHVH, en que no será llamado más Tófet ni valle de Ben-Hinom, sino valle de la Matanza, porque sepultarán en Tófet hasta no haber lugar. Y los cadáveres de este pueblo servirán de pasto a las aves de los cielos y a las bestias de la tierra, y no habrá quien las espante. Y en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén, haré cesar la voz de gozo y la voz de alegría, la voz del novio y la voz de la novia, porque esta tierra vendrá a ser una desolación.
Jeremías Capítulo 8
En aquel tiempo, dice YHVH, sacarán de sus sepulcros los huesos de los reyes de Judá, los huesos de sus príncipes, los huesos de los sacerdotes, los huesos de los profetas y los huesos de los moradores de Jerusalén, y los esparcirán ante el sol, ante la luna y ante todo el ejército de los cielos, a quienes aman y rinden culto, a quienes siguen y consultan, y ante quienes se postran. No serán recogidos ni sepultados; quedarán como estiércol sobre la faz de la tierra. Y el remanente que quede de toda esta perversa familia preferirá la muerte antes que la vida en todos los lugares a donde Yo habré arrojado a los que queden. Y les dirás: Así dice YHVH: El que cae, ¿no se levanta? El que se desvía, ¿no se devuelve? ¿Por qué apostata este pueblo? ¿Es Jerusalén apóstata perpetua? Se aferran al engaño, Rehúsan volver. He estado atento y he escuchado: No hablan rectamente, No hay quien se arrepienta de su maldad, y diga: ¿Qué he hecho? Cada cual se vuelve a su carrera, Como corcel desbordado en la batalla. Aun la cigüeña en los cielos conoce sus tiempos; La tórtola, la golondrina y la grulla guardan la época de su migración, Pero mi pueblo no conoce la justicia de YHVH. ¿Cómo podéis decir: Somos sabios, la ley de YHVH está con nosotros? ¡La pluma engañosa del escriba la ha convertido en mentira! Los sabios están avergonzados, Turbados y atrapados: Rechazaron con desprecio la palabra de YHVH, ¿Qué sabiduría, pues, podrá haber en ellos? Por tanto daré a otros sus mujeres, Y sus campos a otros herederos, No habrá racimos en la vid ni higos en la higuera, Hasta las hojas se habrán marchitado, Y lo que les di pasará de ellos. ¿Qué hacemos aquí sentados? Reunámonos y entremos en las ciudades fortificadas, Y perezcamos allí porque YHVH nuestro Elohim nos deja morir, Nos ha dado a beber agua envenenada, Porque hemos pecado contra YHVH. Esperábamos la paz, y no hubo bien alguno; Tiempo de sanidad, y he aquí el terror. Desde Dan se oye el resoplar de los caballos; Al estruendo del relincho de sus fuertes se estremece la tierra. Llegan y devoran la tierra con sus habitantes y la ciudad con sus vecinos. Yo envío contra vosotros serpientes venenosas, Contra las que no valdrá el encantamiento, Y os morderán mortalmente. Aunque tenga consuelo en la aflicción, Mi corazón desfallece, Al oír el lamento de la hija de mi pueblo desde una tierra lejana: ¿No está YHVH en Sión? ¿No está en ella su Rey? ¿Por qué me habéis provocado con imágenes esculpidas y vanidades extrañas? Pasó la siega, se acabó el verano, Y nosotros no hemos sido salvados. Por la llaga de la hija de mi pueblo estoy quebrantado, Atenazado de espanto, me he oscurecido, ¿No hay bálsamo en Galaad? ¿No hay médicos allí? ¿Por qué, entonces, no se cierran las heridas de la hija de mi pueblo?
Jeremías Capítulo 9
¡Quién me diera que mi cabeza fuera agua, Y mis ojos manantiales de lágrimas, Para llorar día y noche por los muertos de la hija de mi pueblo! ¡Quién me diera en el desierto un albergue de caminantes, Para abandonar a mi pueblo, para alejarme de ellos! Todos ellos son adúlteros, congregación de traidores. Tensan su lengua como arco y lanzan mentiras, Y la verdad no prevalece en la tierra, Porque proceden de mal en mal, Y a mí no me conocieron. ¡Que cada uno se cuide de su prójimo! No tenga confianza en ningún hermano, Porque todo hermano suplanta, Y todo prójimo calumnia. Cada uno engaña a su compañero, y no habla verdad; Han adiestrado su lengua a la mentira, Y se pervierten hasta el cansancio. Tu morada está en medio del engaño, Y a causa del engaño, se niegan a conocerme. Por tanto, así dice YHVH Sebaot: He aquí que Yo los acrisolo y los pruebo, ¿Qué más podría Yo hacer por la hija de mi pueblo? Su lengua es cual saeta mortífera que habla engaño. Con su boca hablan paz con su prójimo, Pero dentro de sí colocan su emboscada. ¿Y no he de visitar por estas cosas? dice YHVH; De semejante nación ¿no se vengará mi alma? Por los montes alzaré mi lloro y mi lamento, Y una endecha por los pastos del desierto, Porque están quemados y no hay quien pase, Ni se oye el bramido de ganado; Desde las aves de los cielos hasta las bestias, Todo ha huido, todo se ha ido. Reduciré Jerusalén a montones de escombros, La convertiré en cubil de chacales, Y a las ciudades de Judá en desolación sin habitante. ¿Quién es el hombre sabio que entienda esto? ¿Y a quien habló la boca de YHVH para que lo declare? ¿Por qué pereció la tierra abrasada como el desierto, sin que nadie pueda pasar? Y YHVH mismo dijo: Por abandonar mi ley que puse ante ellos, y no obedecieron mi voz, sino que anduvieron tras la dureza de su corazón y tras los baales que les enseñaron sus padres. Por tanto, así dice YHVH, Elohim de Israel: He aquí, Yo daré a comer a este pueblo ajenjo, y les daré a beber aguas venenosas. Y los esparciré entre naciones que ni ellos ni sus padres conocieron, y enviaré tras ellos la espada hasta exterminarlos. Así dice YHVH: Poned atención y llamad a las plañideras para que vengan; Enviad por las que son diestras para que vengan; Alcen endechas sobre nosotros y rebosen nuestros ojos lágrimas, Y nuestros párpados fluyan agua. Voz de endecha fue oída desde Sión: ¡Cómo hemos sido destruidos! ¡Cómo hemos sido avergonzados! Hemos tenido que abandonar la tierra, Y nuestras moradas han sido destruidas. ¡Oíd mujeres el oráculo de YHVH! ¡Reciba vuestro oído la palabra de su boca! Enseñad endechas a vuestras hijas, Y cada cual a su compañera la lamentación: Porque la Muerte ha entrado por nuestras ventanas, Entró en nuestros palacios, Ha arrebatado al niño en la calle y al joven en la plaza. Los cadáveres yacerán como estiércol sobre la faz del campo, Como gavilla detrás del segador sin quien los recoja. Así dice YHVH: No se alabe el sabio en su sabiduría, Ni se alabe el valiente en su valentía, Ni se alabe el rico en sus riquezas. Sino alábese en esto el que se haya de alabar: En entenderme y conocerme, Que Yo soy YHVH, Que hago misericordia, Juicio y justicia en la tierra, Porque estas cosas quiero, dice YHVH. He aquí que vienen días, dice YHVH, En que castigaré a todo circunciso con todo incircunciso: A Egipto, a Judá y a Edom, A los hijos de Amón y a Moab, A todos los que se cortan las puntas, Y a los habitantes del desierto; Porque todas las naciones son incircuncisas, Y toda la casa de Israel, incircuncisa de corazón.
Jeremías Capítulo 10
¡Oíd la palabra que os dice YHVH, oh casa de Israel! Así dice YHVH: No aprendáis el camino de las naciones, Ni os turbéis por las señales de los cielos, Aunque los gentiles se turben por ellas. Porque las costumbres de los pueblos son vanidad: Pues se corta un árbol del bosque, La mano de artífice los labra con cincel, Los adorna con plata y oro, Los sujeta con clavos y martillos, para que no se tambaleen. Los coloca para que no se muevan, y no andan. Ciertamente tienen que ser cargados porque no pueden andar. Es plata laminada traída de Tarsis, El oro viene de Ufaz, labrado por el artífice, De azul y de púrpura es su vestido: Todo ello hechura de hábil artesano. No tengáis temor de ellos, pues no pueden hacer el mal, Ni tienen poder para hacer el bien. Les diréis así: Los dioses que no hicieron los Cielos ni la Tierra Perecerán de sobre la tierra y de debajo de los Cielos. Él es quien hizo la tierra con su poder, El que reparó el mundo con su sabiduría, Y extendió los cielos con su inteligencia. Cuando alza su voz, hay un tumulto de aguas en los cielos, Y eleva los vapores de los extremos de la tierra. Hace los relámpagos para la lluvia, Y saca de sus tesoros el viento. El hombre que no sabe esto es necio. Será avergonzado como el fundidor en su misma escultura, Porque sus imágenes de fundición son mentira, y no hay hálito en ellas. Obras vanas y ridículas, Que perecerán en el tiempo de su visitación. La porción de Jacob no se parece a ellas, Porque Él es el Hacedor de todas las cosas, E Israel es la tribu de su heredad. ¡YHVH Sebaot es su nombre!
¡Recoge de tu tierra tu bagaje, Oh tú que habitas dentro del asedio! Porque así dice YHVH: He aquí esta vez arrojaré con una honda a los habitantes del país, Y los afligiré, para que lo sientan. ¡Ay de mí, a causa de mi quebranto! ¡Mi herida es incurable! Pero dije: ¡Ciertamente esta es mi aflicción, y debo soportarla! Mi tienda ha sido destruida, Y todas mis cuerdas están rotas: Mis hijos me han abandonado y no existen. Ya no hay quien plante mi tienda, Ni quien alce mis cortinas. Ciertamente los pastores fueron necios, No buscaron a YHVH, Por eso no prosperan, Y todo su rebaño anda disperso. ¡Oyese un rumor! ¡He aquí, un gran tumulto viene de la tierra del norte, Para tornar las ciudades de Judá en asolación y en cubil de chacales! Oh YHVH, yo sé que no es del hombre su camino, Que no es del hombre que camina el dirigir sus propios pasos. Corrígeme, oh YHVH, con medida, No en tu ira, no sea que me aniquiles. Derrama tu ira sobre los pueblos que no te conocen, Sobre las naciones que no invocan tu Nombre, Porque han devorado a Jacob, Sí, lo han devorado y consumido, Y han asolado su morada.
Jeremías Capítulo 11
Palabra que recibió Jeremías de parte de YHVH, diciendo: Oíd las palabras de este pacto. Hablad a los hombres de Judá y a los habitantes de Jerusalén, y decidles: Así dice YHVH Elohim de Israel: Maldito el varón que no escuche las palabras de este pacto, el cual mandé a vuestros padres el día que los saqué de la tierra de Egipto, del horno de hierro, diciendo: Oíd mi voz y poned por obra todo lo que os mande y seréis mi pueblo, y Yo seré vuestro Elohim, y cumpliré el juramento que hice a vuestros padres de darles una tierra que mana leche y miel, como sucede hoy. Entonces respondí y dije: Amén, YHVH. Y me dijo YHVH: Proclama todas estas palabras en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén, diciendo: Oíd las palabras de este pacto y ponedlas por obra. Pero no lo han cumplido. Y me dijo YHVH: Los judíos y los habitantes de Jerusalén se han conjurado para volver a las iniquidades de sus antepasados, quienes no quisieron escuchar mis palabras, y siguen en pos de dioses extranjeros para servirlos. La casa de Israel y la casa de Judá han quebrantado el pacto que Yo hice con sus padres.
Por tanto así dice YHVH: He aquí Yo traigo un mal sobre ellos del cual no podrán escapar; clamarán a mí, pero no los escucharé. Entonces los pueblos de Judá y los habitantes de Jerusalén irán a clamar a los dioses a quienes quemaban incienso, pero ellos no los podrán salvar en el tiempo de su calamidad. Oh Judá, tus dioses son según el número de tus ciudades; y según el número de tus calles, oh Jerusalén, habéis erigido altares de lo vergonzoso: los altares para quemar incienso a Boshet. Tú, pues, no intercedas por este pueblo, ni levantes por ellos clamor ni oración; porque Yo no escucharé cuando clamen a mí a causa de su calamidad. ¿Qué busca mi amado en mi Casa, después de haber tramado tantas intrigas? ¿Podrá la grosura y la carne inmolada apartar de ti la adversidad, Para que lo celebres con gritos estrepitosos? YHVH te ha llamado olivo verde de excelente fruto, Pero al son de un recio estrépito, hizo prender fuego en él, Y sus ramas quedaron arruinadas. YHVH Sebaot, que te plantó, decreta una calamidad contra ti, a causa de la maldad que para sí mismos hicieron los de la casa de Israel y de la casa de Judá, provocándome al ofrecer sacrificios a Baal. YHVH me lo enseñó y me hizo ver sus maquinaciones: Yo, como corderito manso llevado al matadero, no sabía que tramaban maquinaciones contra mí, diciendo: Cortemos el árbol con su fruto; arranquémoslo de la tierra de los vivientes, para que su nombre no se pronuncie más. Pero Tú, ¡oh YHVH Sebaot! juzgas con justicia y escudriñas los riñones y el corazón: Vea yo tu venganza sobre ellos, porque ante ti expongo mi causa. Por tanto, así dice YHVH acerca de los hombres de Anatot, que procuran tu alma, diciendo: No profetices en nombre de YHVH, no sea que mueras por nuestra mano. He aquí que Yo visitaré esto sobre ellos: los muchachos morirán a espada, y sus hijos y sus hijas morirán de hambre, y no quedará remanente de ellos, porque traeré el mal sobre los hombres de Anatot el año de su visitación.
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