Día 94 - Lunes - 13/11/2023 - 1ª de Samuel Capítulos del 16 al 20

Día 94 - Lunes - 13/11/2023 - 1ª de Samuel Capítulos del 16 al 20 - También En Audio

1ª de Samuel Capítulos del 16

YHVH dijo a Samuel: ¿Hasta cuándo lamentarás por Saúl, si Yo lo he rechazado como rey de Israel? Llena tu cuerno con aceite, y ve, que Yo te enviaré a Isaí betlemita, porque de entre sus hijos me he provisto rey. Y Samuel dijo: ¿Cómo iré? ¡Si Saúl se entera me matará! Pero YHVH dijo: Toma contigo una becerra de la vacada, y dí: He venido a sacrificar a YHVH. E invitarás a Isaí al sacrificio, y Yo te haré saber lo que has de hacer, y ungirás al que Yo te diga. E hizo Samuel lo que le había hablado YHVH. Y habiendo llegado a Bet-Léjem, los ancianos de la ciudad salieron temblorosos a su encuentro y preguntaron: ¿Es pacífica tu venida? Y él dijo: ¡Paz! He venido para ofrecer sacrificio a YHVH. Purificaos vosotros y venid conmigo al sacrificio. Después purificó a Isaí con sus hijos y los invitó al sacrificio. Y sucedió que cuando ellos llegaron, vio a Eliab, y se dijo: ¡Ciertamente su ungido está delante de YHVH! Pero YHVH dijo a Samuel: No mires su apariencia, ni su estatura, porque lo he rechazado, porque Yo no miro como mira el hombre, porque el hombre mira la apariencia externa, pero YHVH mira el corazón. Entonces Isaí llamó a Abinadab, y lo hizo pasar delante de Samuel, el cual dijo: Tampoco a este eligió YHVH. Luego Isaí hizo pasar a Samma. Y él dijo: Tampoco a este eligió YHVH. Así hizo pasar Isaí a sus siete hijos delante de Samuel, pero Samuel dijo a Isaí: YHVH no eligió a estos. Y preguntó Samuel a Isaí: ¿Han terminado de pasar los jóvenes? Y él respondió: Queda el menor, y he aquí está pastoreando el rebaño. Y dijo Samuel a Isaí: Envía por él, porque no nos reclinaremos hasta que él venga aquí. Envió, pues, y lo hizo venir; y él era rubio, de ojos vivaces y aspecto gallardo. Y dijo YHVH: ¡Levántate y úngelo, porque este es! Samuel entonces, tomando el cuerno del aceite, lo ungió en medio de sus hermanos, y el Espíritu de YHVH se apoderó de David desde aquel día en adelante. Y Samuel se levantó y se fue a Ramá. Y el Espíritu de YHVH se apartó de Saúl, y un espíritu malo de parte de YHVH lo aterrorizaba. Y los criados de Saúl le dijeron: He aquí, un espíritu malo de parte de Elohim te atormenta. Ordene nuestro señor a tus esclavos que están ante ti, que busquen un varón que sepa tañer el arpa; y acontecerá que cuando te acometa el espíritu malo de parte de Elohim, tañerá con su mano y te pondrás bien. Y Saúl respondió a sus criados: ¡Buscadme ahora un hombre que sepa tañer bien, y traédmelo! Y uno de los jóvenes respondió, y dijo: He aquí, he visto a un hijo de Isaí betlemita, que sabe tañer, y es poderoso y valiente, y hombre de guerra, discreto en el hablar y de buen parecer, y YHVH está con él. Y Saúl envió mensajeros a Isaí, y le dijo: Envíame a tu hijo David, el que está con el rebaño. E Isaí tomó un asno cargado de pan, un odre de vino y un cabrito del rebaño, y los envió a Saúl por medio de su hijo David. Y David fue a Saúl, y se quedó con él, y llegó a estimarlo grandemente, y lo hizo su escudero. Y Saúl envió a decir a Isaí: Te ruego que David se quede conmigo, pues ha hallado gracia ante mis ojos. Y cuando el espíritu de parte de Elohim acometía a Saúl, David tomaba el arpa y la tañía con su mano, y Saúl se sentía aliviado y mejoraba, y el espíritu malo se apartaba de él. Los filisteos reunieron sus tropas para la guerra, y se concentraron en Soco, que pertenece a Judá, y acamparon entre Soco y Azeca, en Efes-Damim.

1ª de Samuel Capítulos del 17

Los filisteos reunieron sus tropas para la guerra, y se concentraron en Soco, que pertenece a Judá, y acamparon entre Soco y Azeca, en Efes-Damim. Y Saúl y los hombres de Israel se reunieron y acamparon en el valle de Elah, y dispusieron batalla contra los filisteos. Los filisteos estaban a un lado sobre una colina, y los de Israel al otro lado sobre otra colina, y el valle estaba entre ellos. Y de entre el campamento de los filisteos salió un retador llamado Goliat, de Gat, cuya altura era de seis codos y un palmo. Llevaba un yelmo de bronce en la cabeza, e iba vestido con una cota de malla de bronce que pesaba cinco mil siclos. Sobre sus piernas llevaba grebas de hierro, y una jabalina de bronce entre sus hombros. El asta de su lanza era como un rodillo de tejedores, y la punta de su lanza tenía seiscientos siclos de hierro, y el escudero iba delante de él. Y se paró y gritó a los escuadrones de Israel, diciéndoles: ¿Por qué habéis salido a poneros en orden de batalla? ¿Acaso no soy yo filisteo y vosotros hebreos de Saúl? ¡Escogeos un varón que venga contra mí! Si es capaz de guerrear conmigo y matarme, entonces seremos vuestros esclavos, pero si yo lo venzo y lo mato, entonces vosotros seréis nuestros esclavos y como esclavos nos serviréis. Y añadió el filisteo: ¡Hoy yo desafío al ejército de Israel! ¡Dadme un varón que luche contra mí! Cuando Saúl y todos los de Israel oyeron las palabras del filisteo, se acobardaron y tuvieron mucho temor. Y David dijo a Saúl: No desfallezca el corazón de ningún hombre por causa de él. Tu esclavo irá y peleará contra ese filisteo. Pero Saúl respondió a David: No podrás ir contra ese filisteo para pelear contra él, porque tú eres un muchacho, y él es hombre de guerra desde su juventud. Pero David respondió a Saúl: Tu esclavo es pastor de las ovejas de su padre, y si viene un león o un oso y se lleva algún cordero del rebaño, salgo tras él, y lo apaleo y se lo quito de la boca, y si me ataca, lo agarro por la quijada y lo golpeo hasta matarlo. Sea león o sea oso, tu esclavo los ha matado, y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha desafiado a los escuadrones del Elohim viviente. Y añadió David: YHVH, quien me ha librado de la garra del león y de la garra del oso, Él también me librará de la mano de este filisteo. Entonces Saúl dijo a David: Ve, y YHVH sea contigo. Y Saúl hizo vestir a David con sus propias vestiduras, y le puso un yelmo de bronce en su cabeza, y lo armó de una coraza; y sobre la armadura le ciñó su propia espada. David intentó andar, porque nunca había hecho la prueba. Luego dijo David a Saúl: Con esto no puedo andar, porque no estoy entrenado. Y David echó de sí aquellas cosas, y tomando su cayado en la mano, escogió cinco cantos del arroyo, se los echó al zurrón, al saco pastoril que llevaba, y honda en mano se acercó al filisteo. Cuando el filisteo miró en derredor y vio a David, lo despreció, porque era un mozalbete rubio y bien parecido. Y el filisteo preguntó a David: ¿Soy yo acaso un perro para que vengas a mí con palos? Y el filisteo maldijo a David invocando a su dios. Y el filisteo dijo a David: ¡Ven a mí, que daré tu carne a las aves de los cielos y a las bestias del campo! Entonces David respondió al filisteo: Tú vienes contra mí con espada y lanza y jabalina, pero yo voy a ti en el nombre de YHVH Sebaot, el Elohim de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado. Hoy YHVH te entregará en mi mano, y yo te heriré, y te cortaré la cabeza, y entregaré la carroña del campamento de los filisteos a las aves de los cielos y a las bestias de la tierra, para que toda la tierra sepa que hay Elohim en Israel, y toda esta gente sepa que YHVH no salva con la espada y la lanza, por cuanto esta batalla es de YHVH, y Él os entregará en nuestra mano. Y el filisteo se levantó y fue al encuentro de David. Y metiendo David su mano en el zurrón, sacó de allí una piedra y la arrojó con la honda, e hirió al filisteo en la frente, y la piedra quedó hincada en su frente, y él cayó sobre su rostro en tierra. Y corrió David, y poniéndose de pie sobre el filisteo, tomó su espada, la sacó de su vaina y lo mató, y con ella le cortó la cabeza. Y los filisteos, viendo que su paladín había muerto, huyeron. Entonces los hombres de Israel y de Judá se levantaron, gritaron y persiguieron a los filisteos hasta llegar a Gat y a las puertas de Ecrón. Y los caídos de entre los filisteos yacían por el camino de Saraim, hasta Gat y hasta Ecrón. Y los hijos de Israel se volvieron de perseguir a los filisteos, y saquearon sus campamentos. Y tomó David la cabeza del filisteo y la llevó a Jerusalén, pero las armas de él las puso en su propia tienda.

1ª de Samuel Capítulos del 18

Y las mujeres de todas las ciudades de Israel salieron cantando y danzando a recibir al rey Saúl con cánticos de júbilo, panderos e instrumentos musicales. Y danzando, las mujeres cantaban y decían: Saúl hirió a sus miles, Y David a sus diez miles. Y Saúl se indignó en gran manera, pues a su parecer el dicho le sonó mal, y dijo: A David le dan diez miles y a mí me dan miles. ¡No le falta sino el reino! Y desde aquel día Saúl no miró con buenos ojos a David. Y Saúl se sintió atemorizado a causa de David, porque YHVH estaba con él. Por tanto Saúl lo apartó de su presencia y lo designó jefe de mil hombres. Y él salía y entraba al frente de la tropa. Y en todos sus caminos David se conducía prudentemente, y YHVH estaba con él. Y al ver Saúl que él procedía con gran prudencia, tuvo temor a causa de él. Pero todo Israel y Judá amaban a David, porque él salía y entraba en presencia de ellos. Y Mical, hija de Saúl, amaba a David, y se lo refirieron a Saúl, y le pareció bien el asunto. Y Saúl se dijo: Se la daré, para que ella le sea por lazo, y la mano de los filisteos sea contra él. Y ordenó Saúl a sus siervos: Hablad discretamente a David, y decidle: He aquí el rey se complace en ti, y todos sus siervos te aman. ¡Hazte, pues, yerno del rey! Y los siervos de Saúl hablaron estas palabras a oídos de David. Y respondió David: ¿Os parece cosa sencilla a vosotros hacerse yerno del rey? Yo soy un hombre pobre y de baja condición. Y le refirieron eso a Saúl sus siervos diciéndole: David ha hablado conforme a estas palabras. Y dijo Saúl: Así diréis a David: No desea el rey dote alguna, sino cien prepucios de filisteos, para ser vengado de los enemigos del rey (pues Saúl deseaba hacer caer a David en manos de los filisteos). Y cuando sus siervos dijeron a David tales palabras, agradó a David ser yerno del rey; y antes que el plazo se cumpliera, se levantó David y partió con sus hombres y mató a doscientos varones de los filisteos. Luego David llevó sus prepucios y los entregó todos al rey para poder ser yerno del rey; y Saúl le dio por mujer a su hija Mical. Al ver esto, Saúl comprendió que YHVH estaba con David; y Mical, hija de Saúl, lo amaba. Y aumentó el temor de Saúl hacia David.

1ª de Samuel Capítulos del 19

Saúl dijo a su hijo Jonatán y a todos sus siervos que dieran muerte a David; pero Jonatán ben Saúl amaba a David en gran manera. Y habló Jonatán a David, diciendo: Mi padre Saúl procura matarte. Te ruego, ten cuidado por la mañana, quédate en un lugar secreto y escóndete. Y yo saldré y me pondré junto a mi padre en el campo donde tú estés, y yo hablaré de ti a mi padre, y veré qué responde, y te lo haré saber. Y Jonatán habló bien de David a su padre Saúl, y le dijo: No peque el rey contra su esclavo, contra David, pues él no ha pecado contra ti, y ha obrado muy bien para contigo, por cuanto él puso su vida en la palma de su mano y mató al filisteo, y YHVH otorgó una gran victoria a todo Israel. Tú lo viste y te alegraste de ello. ¿Por qué entonces quieres pecar contra sangre inocente matando a David sin causa alguna? Y escuchó Saúl la voz de Jonatán, y juró Saúl: ¡Vive YHVH que no será muerto! Y Jonatán llamó a David y le contó todas esas cosas; y él mismo llevó a David ante Saúl, y estuvo delante de él como en días anteriores. Y estalló nuevamente la guerra, y David salió y combatió contra los filisteos, y los mató con gran matanza, y huyeron delante de él. Pero el espíritu malo de parte de YHVH vino otra vez sobre Saúl estando él sentado en su casa con su lanza en la mano, mientras David tañía con la mano. Y procuró Saúl clavar con la lanza a David en la pared, pero él se escurrió ante Saúl, y la lanza se clavó en la pared, en tanto que David huía poniéndose a salvo. Aquella noche, Saúl envió emisarios a casa de David para que lo acecharan y lo mataran por la mañana, y Mical, la mujer de David le advirtió diciendo: Si no salvas tu vida esta noche, mañana estarás muerto. Y Mical hizo que David bajara por la ventana, y él salió huyendo y se puso a salvo. Y tomó Mical una estatua y la puso en el lecho, y le colocó en la cabeza una tela de pelo de cabra, y la cubrió con un cobertor. Y cuando Saúl envió emisarios para prender a David, ella dijo: Está enfermo. Por lo cual Saúl volvió a enviar a los emisarios a ver a David, diciendo: ¡Traédmelo en su mismo lecho para que lo mate! Pero cuando entraron los emisarios, ¡he aquí en el lecho la estatua con la tela de pelo de cabra en la cabeza! Y dijo Saúl a Mical: ¿Por qué me has engañado así, dejando ir a mi enemigo para que se escapara? Mical respondió a Saúl: Porque él me dijo: ¡Déjame escapar! ¿Por qué he de matarte? Así pues, David huyó y se escapó y llegó a donde Samuel en Ramá, y le refirió todo cuanto Saúl le había hecho. Luego él partió con Samuel y moraron en Nayot. Y se informó a Saúl, diciendo: He aquí David está en Nayot de Ramá. Y envió Saúl emisarios para apresar a David, y vieron al grupo de profetas y Samuel los presidía. Y el Espíritu de Elohim vino sobre los emisarios de Saúl y profetizaron. E informaron a Saúl, y envió otros emisarios, y también ellos profetizaron. Volvió Saúl a enviar emisarios por tercera vez, y también estos profetizaron. Entonces él mismo marchó a Ramá, y llegando a la gran cisterna que está en Secú, preguntó diciendo: ¿Dónde están Samuel y David? Y uno dijo: He aquí están en Nayot de Ramá. Y fue allá, a Nayot de Ramá, y el Espíritu de Elohim vino sobre él, y siguió andando y profetizando hasta que llegó a Nayot de Ramá. Se quitó además sus vestiduras y profetizó de la misma manera en presencia de Samuel. Todo aquel día y toda aquella noche estuvo echado desnudo. Por esto se suele decir: ¿También Saúl entre los profetas?

1ª de Samuel Capítulos del 20

David huyó de Nayot de Ramá y llegó ante Jonatán y le dijo: ¿Qué he hecho? ¿Cuál es mi delito o mi pecado contra tu padre para que busque mi vida? Y él le dijo: ¡Nada de eso! ¡No morirás! He aquí que mi padre no hace cosa grande o pequeña que no me la diga antes. ¿Por qué habría de ocultarme esto mi padre? ¡Es imposible! David, en cambio, volvió a jurárselo diciendo: Bien sabe tu padre que he hallado gracia a tus ojos, y habrá dicho: No sepa esto Jonatán, no sea que se disguste. Pero tan cierto como que vive YHVH y vive tu alma, estoy a un paso de la muerte. Jonatán preguntó a David: ¿Qué desea tu alma, para que lo haga por ti? Y David respondió a Jonatán: He aquí mañana será luna nueva, en que yo debería sentarme a comer con el rey, pero déjame partir y ocultarme en el campo hasta la tarde del tercer día. Si tu padre advierte mi ausencia, dirás: David me pidió insistentemente para una rápida escapada a Bet-Léjem, su ciudad, porque toda la familia celebra allí el sacrificio anual. Si él dice: ¡Bien! Tu esclavo puede estar en paz; pero si se enardece, entiende que el mal está decidido de parte suya. Así pues, trata con misericordia a tu esclavo, pues has hecho con tu esclavo un pacto de YHVH. Y si hay alguna iniquidad en mí, mátame tú mismo, ¿por qué me habrás de llevar ante tu padre? Y dijo Jonatán: ¡De ninguna manera! Si yo supiera que mi padre ha determinado el mal contra ti, ¿no te lo anunciaría aún cuando no fuera en tus ciudades? Entonces David dijo a Jonatán: ¿Quién me informará si tu padre te responde con dureza? Y Jonatán respondió a David: Ven, salgamos al campo. Y ambos salieron al campo. Entonces dijo Jonatán a David: ¡Vive YHVH Elohim de Israel, si mañana a estas horas o pasado mañana, cuando haya sondeado a mi padre, si es lo bueno para David, no te informo de ello! ¡Así haga YHVH a Jonatán y aún le añada, si a mi padre le place hacerte mal y yo no te lo revelo para que puedas partir en paz, y YHVH pueda estar contigo como ha estado con mi padre! Y si vivo todavía, nunca dejes de utilizar conmigo la misericordia de YHVH; y si muero, no apartes jamás tu misericordia de mi casa, ni siquiera cuando YHVH haya destruido a cada uno de los enemigos de David de la faz de la tierra, y cuando YHVH pida cuenta a los enemigos de David. Así Jonatán hizo un pacto con la casa de David. Luego Jonatán volvió a conjurar a David por el amor que le tenía, pues lo amaba como a sí mismo. Y añadió Jonatán: Mañana es luna nueva, y se te echará de menos porque tu asiento estará vacío. Al tercer día bajarás y te dirigirás al lugar donde estuviste oculto el día del suceso, y te quedarás junto a la piedra de Ezel.

Yo dispararé tres saetas por aquel lado, como ejercitándome al blanco; tras lo cual enviaré al mozo diciendo: ¡Ve y busca las saetas! Y si digo al mozo: ¡He aquí las saetas más acá de ti, recógelas! Entonces ven, porque como que vive YHVH, la paz será contigo y nada te ocurrirá. Pero si digo al mozo: ¡Mira, las saetas están más allá de ti! vete, porque YHVH te está enviando lejos. Y en cuanto al asunto que hemos hablado, he aquí YHVH está entre tú y yo para siempre. David, pues, se escondió en el campo, y llegó la luna nueva, y el rey se reclinó a comer. Y como otras veces, el rey estaba reclinado en su sitial de junto a la pared, con Jonatán enfrente y Abner reclinado al lado de Saúl, pero el lugar de David estaba vacío. Sin embargo, aquel día Saúl no dijo nada, porque pensó: Algo le ha sucedido y no está limpio; seguramente no se ha purificado. Pero llegado el día siguiente, el segundo día del novilunio, el puesto de David continuaba vacío, y dijo Saúl a su hijo Jonatán: ¿Por qué el hijo de Isaí no ha venido a la comida ni ayer ni hoy? Y Jonatán respondió a Saúl: David me pidió insistentemente que lo dejara ir a Bet-Léjem, diciéndome: Te ruego que me dejes ir, porque nuestra familia tiene hoy un sacrificio en la ciudad, y mi hermano me ha mandado a estar presente. Por tanto, si he hallado gracia en tus ojos, te ruego que me dejes ir, para que vea a mis hermanos. Por este motivo no ha venido a la mesa del rey. Pero la ira de Saúl se encendió contra Jonatán, y le dijo: ¡Hijo de una perversa rebelde! ¿Acaso no sé yo que prefieres al hijo de Isaí, para tu propia vergüenza y para vergüenza de la desnudez de tu madre? Porque mientras el hijo de Isaí viva sobre la tierra, no estarás seguro ni tú ni tu reino. Por tanto, ¡haz que lo traigan ante mi presencia, pues merece morir! Pero Jonatán respondió a su padre Saúl, y le dijo: ¿Por qué ha de morir? ¿Qué ha hecho? Entonces Saúl blandió su lanza contra él para herirlo, y Jonatán comprendió que su padre estaba resuelto a matar a David. Entonces, Jonatán se levantó de la mesa airado, y no comió alimento alguno el segundo día de la luna nueva, porque compadecía a David, y porque su padre lo había avergonzado. Por la mañana Jonatán salió al campo, en el tiempo señalado con David, y con él iba un jovenzuelo. Y dijo al mozalbete: ¡Corre y busca las saetas que yo arroje! Cuando el mozo echó a correr, él disparó la saeta para que lo rebasara. Y cuando el criado llegó al lugar donde estaba la saeta que Jonatán había arrojado, Jonatán gritó al mozo, diciendo: ¿No está la saeta más allá de ti? Y gritó Jonatán al mozo: ¡Apresúrate, no te quedes ahí! Y el mozo de Jonatán recogió las saetas, y fue a su amo. Pero el mozo no sabía nada; solamente Jonatán y David conocían el asunto. Luego Jonatán entregó sus armas al mozo que estaba con él, y le dijo: Ve y llévalas a la ciudad. Y tan pronto como se fue el mozo, David salió de la parte del sur, y cayendo rostro en tierra, se postró tres veces. Luego, besándose el uno al otro, lloraron juntos, aunque David lloró más. Y Jonatán dijo a David: Vete en paz, pues nos hemos juramentado en nombre de YHVH, diciendo: YHVH sea entre tú y yo, y entre mi descendencia y tu descendencia para siempre. Y él se levantó y se fue, y Jonatán regresó a la ciudad.


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