Lectura Bíblica Jueves - 26/10/2023 - Job capítulo 23 y 24
Lectura Bíblica Jueves - 26/10/2023 - Job capítulo 23 y 24. También En Audio
Job capítulo 23.
Respondió Job, y dijo: Aun hoy es amarga mi queja, Pues su mano agrava mis gemidos. ¡Quién me diera saber dónde hallarlo! Yo iría hasta su trono, Expondría ante Él mi causa, Llenaría mi boca de argumentos, Sabría con qué palabras me replica, Y entendería qué me está diciendo. ¿Contendería conmigo haciendo gala de su fuerza? No, sino que me prestaría atención. Allí el justo podría razonar con Él, Y yo quedaría libre para siempre de mi Juez. Pero, si voy hacia el levante, no está allí, Al poniente, y tampoco lo percibo. Si se manifiesta al norte, no lo diviso, Y si se oculta en el sur, no lo veo. Pero ya que Él conoce el camino que yo sigo, Que me pruebe, y saldré como el oro. Mis pies han seguido fielmente sus huellas, He guardado su camino sin torcerme, No me aparté del mandato de su boca, Y atesoré sus dichos más que mi porción señalada. Pero Él ya tomó su decisión, ¿quién podrá disuadirlo? Todo lo que quiere, hace. Por eso me aterroriza su presencia, Y de Él siento temor solo al pensarlo, Porque DIOS ha hecho desmayar mi corazón, Shadday me ha aterrorizado. ¡Ojalá me desvaneciera en la tiniebla, Y cubriera mi rostro la oscuridad!
Job capítulo 24
¿Por qué Shadday se reserva sus tiempos? Hay quienes traspasan linderos, Quitan los rebaños con violencia y los devoran. Se llevan el asno del huérfano, Y toman en prenda el buey de la viuda. Apartan de sí a los necesitados, De modo que los miserables tienen que esconderse. Helos allí, como asnos del desierto, Salen a su tarea buscando el sustento, El páramo les ofrece alimento a sus hijos, Cosechan en campo ajeno, Y tienen que rebuscar en la viña del impío. Pasan la noche desnudos, faltos de ropa, Y no tienen cobertura contra el frío. El aguacero de los montes los empapa, Y se pegan a las rocas por falta de refugio. Hay otros que arrancan del pecho al huérfano, Y toman en prenda al hijo del pobre, Hacen que anden desnudos, faltos de ropa, Y le quitan las gavillas a los hambrientos, Los que exprimen el aceite en sus molinos, Y pisan sus lagares, pero pasan sed. Por la angustia gime el moribundo, Y el alma de los heridos clama por auxilio, Pero Eloah no toma en cuenta necedades. Otros son rebeldes a la luz, No conocen sus caminos Ni frecuentan sus sendas. Al alba se levanta el asesino, Para matar al pobre y al menesteroso. De noche ronda el ladrón, A oscuras penetra en las casas. El adúltero espera el crepúsculo, y se dice: Nadie me verá; Y se tapa el rostro. Se encierran durante el día, Nada quieren con la luz. Acostumbrados al terror de la tiniebla, La mañana es oscura para ellos.
Y si esto no es así, que alguien me desmienta, Y reduzca a nada mis palabras.
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